Los monitores que tienen desde hace unas semanas Bachimaña, Estós, La Renclusa, Lizara y Cap de Llauset son el primer paso para nuevos sistemas de producción y almacenamiento de energías renovables o adaptar los existentes a las nuevas tecnologías.
Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto europeo “SustainHuts” destinado a potenciar el uso de energías limpias en centros de alta montaña de varios países, que en Aragón cuenta con la colaboración de la Federación Aragonesa de Montañismo.
La Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón ha instalado unos sistemas de medición y monitorización del consumo de energía en varios refugios de montaña aragoneses para poder establecer, tras un estudio posterior, mejoras en el uso y la distribución de la energía en estos centros. Durante la última semana, técnicos de la Fundación, en colaboración con guardas de la Federación Aragonesa de Montañismo, se han desplazado a tres de los refugios aragoneses: Bachimaña, Estós y La Renclusa, para su instalación. De esta manera, se suman a los otros dos que ya contaban desde el pasado año con estos dispositivos -Lizara y Cap de Llauset-, dado que su implantación ha sido progresiva.
El caso más innovador será el de Bachimaña, donde se va a incorporar un sistema completo de producción, almacenamiento y utilización de hidrógeno renovable. En el resto de refugios se harán actuaciones orientadas a aumentar la presencia de la energía fotovoltaica, mini eólica, mini hidráulica, automatización y mejoras en el aislamiento térmico de las edificaciones.
El proyecto está orientado a conseguir la mejora de la eficiencia energética en un 20%, a reducir las emisiones contaminantes de dióxido de carbono (CO2) en 21 toneladas por año y las de óxido de nitrógeno (NOx) en 0,5 toneladas año, así como a disminuir el número de viajes en helicóptero que se realizan hasta ellos para transportar el combustible que utilizan actualmente, lo que supondrá un ahorro estimado de una tonelada de queroseno al año por centro.
En palabras de Pedro Casero, responsable de del Área de Innovación de la Fundación del Hidrógeno, “los sistemas de medición estarán varios meses instalados para ver el perfil de consumo diario de cada refugio, que suelen necesitar más energía durante los servicios de desayunos, comidas y cenas que en el resto del día. Por eso es importante conocerlo y valorarlo.”
Con estas mediciones, los técnicos de la Fundación diseñarán las mejores actuaciones para abastecer con energías renovables a cada refugio tras un estudio pormenorizado de cada uno de ellos, ya que presentan disparidades en cuanto a instalaciones, más modernas unas que otras, o en el número de personas que alojan cada temporada.
Los refugios de La Renclusa, a los pies del Aneto, y de Estós, junto al Posets, cuentan con un elevado uso de grupos electrógenos operados por gasóleo debido a la gran afluencia de montañeros, especialmente en los meses de verano. Estos generadores producen grandes cantidades de CO2 que, gracias a este proyecto, están más cerca de verse reemplazadas con el suministro de energías renovables.
Dada la existencia de excedentes de energía hidroeléctrica en un ibón cercano al refugio de Bachimaña durante gran parte del año, el objetivo es aprovecharlos para ser almacenados en forma de hidrógeno, de cara a su posterior uso en forma de electricidad en los periodos de estío, donde la producción de la minicentral no es suficiente para satisfacer las necesidades energéticas del alojamiento.
Otro de los objetivos del proyecto es elaborar una serie de guías metodológicas que permitan reproducir las soluciones desarrolladas en los refugios, de forma que las mejoras medioambientales conseguidas se puedan replicar en otras localizaciones tanto europeas como de todo el mundo.
Este proyecto europeo de modernización energética se está llevando a cabo en nueve refugios de montaña de cuatro países (Italia, Eslovenia, Rumanía y España) bajo el nombre de SUSTAINHUTS (Refugios Sostenibles, LIFE15 CCA/ES/000058). Cofinanciado por el Programa Europeo LIFE +, cuenta con un presupuesto aproximado de 2 millones de euros y está coordinado por la Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón.
En esta iniciativa participan, además de la Fundación del Hidrógeno, la Federación Aragonesa de Montañismo y diversos clubs de montaña y universidades del resto de países involucrados.