Garantizar el uso seguro del hidrógeno (H2) como vector energético es crucial para su adopción general y comercialización, especialmente a medida que se introduce en nuevos entornos como automóviles, autobuses y residencias. Las décadas de experiencia de la industria del H2 en la gestión segura de este gas en entornos industriales son valiosas, pero deben aplicarse a estos nuevos contextos. Deben utilizarse las mejores prácticas en materia de principios y procedimientos de seguridad para mantener la coherencia en toda la cadena de suministro de H2, así como el establecimiento de una cultura de seguridad del H2 a todos los niveles. Para transformar los proyectos de H2 en productos de venta a gran escala, debe desarrollarse un marco legislativo y reglamentario completo, que incluya leyes, requisitos técnicos y normas claras. Para facilitar la implantación de la inyección de hidrógeno en las redes de gas natural, la UE también debe adoptar una legislación, códigos y normas de ámbito comunitario en materia de H2. De este modo, Europa puede contribuir a crear una cadena de suministro de H2 segura y fiable, al tiempo que fomenta el uso generalizado de este vector energético tan prometedor.
PilgrHYm pretende acelerar el desarrollo de una red de hidrógeno segura, eficiente y flexible en toda Europa reutilizando las redes de gas existentes. Su objetivo es evaluar diversos grados de acero, soldaduras y zonas afectadas por el calor de las redes de gas europeas para resolver problemas de seguridad, vacíos normativos y límites de investigación relacionados con la compatibilidad del hidrógeno con las tuberías actuales. El objetivo del proyecto es recopilar datos sobre más del 78% de la red europea y mejorar las normas, reglas y estándares existentes, sentando en última instancia las bases para una solución europea armonizada. Además, PilgrHYm pretende ofrecer orientaciones sobre cómo abordar cualquier problema de compatibilidad de materiales que pueda surgir, incluido el diseño de las tuberías, la selección de materiales, los enfoques de mitigación y los criterios de aceptación de defectos. Para alcanzar estos objetivos, el proyecto se estructura en tres pilares: I) estado de la técnica e inventario, II) evaluación experimental y numérica, y III) evaluación.
